En las cosas que conviene. No todo es ético realmente.
Sí reconozco que el cristiano tiene una sensibilidad moral altísima. Pero claramente que no todo es ético. Además, el cristiano es el primero en saberse amado por Dios en forma incondicional.
Si alguien se permite ser duro por dentro y a la vez suave por fuera, es justamente el cristiano. Serio, pero autoexigentemente y por cuestiones éticas; dulcísimo por fuera. Es un "milagro" católico revelador.
Cuánta "apertura mental",
astucia y sabiduría,
resiliencia y poder
tiene el Católico.
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